Este último capítulo de Rut muestra el desenlace de esta historia. Una historia en donde experimentamos, junto con las protagonistas, la pérdida, la confianza, la elección; para terminar con la bendición de Dios. Dios bendice nuestra fe cuando le creemos. Rut creyó y dejo todo por seguir a Noemí. Noemí creyó a Dios y regresó a la casa de pan. Gracia de Dios Booz le había prometido a Rut que haría lo posible para casarse con ella. Él hizo lo necesario y Dios lo bendijo. Pero había un detalle no menor. La ley no permitía la inclusión de moabitas entre el pueblo (Dt.23.3), porque ellos se habían opuesto al pueblo de Dios cuando salieron de Egipto. Rut era moabita, por lo tanto, no podía formar parte del pueblo de Dios. Sin embargo, por causa de su testimonio, de su fe, ella encontró gracia de Dios. Todo el pueblo sabía lo que ella había hecho por seguir a Noemí, por tanto, la aceptaron (Rut 1.16-18; 2.11-12;3.10-11). Esta historia es muy similar a la de Abraham. Dios llamó a A