En esta porción de Juan meditaremos en dos ideas diferentes, pero que se complementan al estudiarse juntas. Primero, meditaremos en el resultado de obedecer los mandamientos de Jesús. Segundo, meditaremos en la persecución del mundo en contra de los discípulos de Cristo.
Privilegios que benefician mi vida
Juan 15.9-17
Amor
Así como Dios amó a su Hijo, Jesús te ama a ti. Pero ese amor está condicionado a la obediencia de sus mandamientos. El amor que Cristo ofrece no es un amor cualquiera, es el amor ágape. Ágape en una palabra griega que se usa para describir un amor incondicional, un amor que se sacrifica por el otro. Ese es el amor que Jesús da. Un amor como el que expresa Pablo en su carta a los corintios en el capítulo trece.
Alegría
Obedecer los mandamientos de Cristo trae alegría a la vida de sus discípulos. Jesús experimentó alegría al obedecer al Padre y esa misma alegría desarrollas tú al obedecer sus mandamientos. Su Palabra enseña que sus mandamientos no son gravosos (1 Juan 5.3). Sus mandamientos son alegría a tu vida.
Amistad
Otro privilegio que desarrollas al obedecer sus mandamientos es amistad con Jesús. Tener amistad con Jesús es tener comunión con él. Jesús te llama su amigo si haces lo que te pide. La obediencia desarrolla amistad como la que tuvo Abraham con Dios. Algo que debes notar es que él te llama su amigo. No eres tú quien determina esa amistad, es él. Esa amistad se establece por obedecer sus mandamientos.
Propósito
Jesús te escogió y lo hizo con un propósito. Te llamó para que lleves mucho fruto y que ese fruto permanezca. En pocas palabras te llamó para que le sirvieras. ¿Recuerdas nuestro lema? "Salvos para servir". Que bendición saber que tú eres de provecho para Dios. Como vimos al principio de este capítulo el fruto que produce Cristo es para Dios. Obedecer te beneficia con su amor, su alegría, su amistad y su propósito.
El enemigo del cristiano
Juan 15.18-16.4
Si eres observador te darás cuenta de que esta porción habla del amor. El verso 17 nos manda a que nos amemos unos a otros. Medita en esto, ¿por qué Jesús insiste en que se amen sus discípulos? Porque el mundo aborrece a los que obedecen a Cristo. En el mundo el cristiano nunca encontrará amor, alegría, amistad, ni propósito, todo lo contrario. Jesús enfatizó tanto el amor entre sus discípulos porque sabía del odio que recibirían de parte del mundo por seguirlo a él.
El discípulo de Cristo, cuando decide seguirlo, no entra en una zona de descanso, entra a una zona de combate. Constantemente está batallando; con su carne, con el diablo y con el mundo. En esta batalla el discípulo tiene un área de reunión con hermanos, donde encuentra paz, ánimo, comprensión, fuerza, amor. Es el cuartel general del discípulo de Cristo, ahí toma fuerzas por decirlo de alguna manera para seguir adelante en su batalla diaria. Por eso debemos mostrarnos amor unos a otros como discípulos del Señor.
Odio y el mundo
Quiero explicar estas dos palabras para que entiendas mejor lo que Dios te quiere hablar en este pasaje.
Odio es un sentimiento profundo de repulsión hacía algo o alguien. El que odia procura producir un daño a lo que odia, también intenta rechazar y eliminar aquello que le genera disgusto. ¿Acaso no fue este sentimiento lo que sentían los líderes religiosos en los tiempos de Jesús? Rechazaron todas sus enseñanzas y su odio los llevó a matar a Jesús y a sus discípulos.
El mundo aquí no es el planeta tierra. En este pasaje se refiere al sistema de valores que se opone a Dios y a su Cristo. Este mundo está compuesto de gente, organizaciones, filosofías e ideologías con propósitos claramente anticristianos. Es el sistema de este mundo quien aborrece a Jesús y sus discípulos.
Este mundo tiene un príncipe (Juan 14.30), satanás, el adversario. Él influye sobre este mundo organizado que no cree en Dios. Él es el dios de este siglo quien "ciega el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio" (2 Cor. 4.4). Así que el mundo influenciado por el dios de este siglo odia a Jesús y a sus discípulos.
¿Por qué el mundo odia a los cristianos?
Porque los discípulos proclaman la verdad de Cristo. Hemos visto en los capítulos anteriores de Juan que Jesús constantemente crítico la falsa religión que practicaban los líderes judíos de su tiempo. Jesús vino a exponer esa religión falsa que no puede agradar a Dios. Jesús vino para dar libertad a todo hombre que estuviera cansado de trabajar para ganarse el favor de Dios (Ver Mateo 11.25-30).
Los discípulos proclaman libertad en el nombre de Cristo. Jesús no solo expuso a la religión falsa, también demostró que todo hombre ha pecado delante de Dios y no puede acercarse por ningún mérito a él. Declaró que solo a través de él se puede llegar al Padre. El mundo no puede tolerar que alguien le diga que solo hay un camino para ir al Cielo. El mundo aborrece a los cristianos porque solo creen en un Camino. En esta época de inclusión el verdadero cristianismo sigue siendo exclusivo.
No puedes amar al mundo
Por lo tanto debes alejarte de la idea de que el mundo no es tan malo. ¿Cómo puedes amar a alguien que odia a tu Señor? El verdadero discípulo que ama a Cristo siempre padecerá persecución, ¿por qué? Porque el mundo odia al discípulo que enseña el mensaje de Cristo. Jesús te hace una advertencia, "te odiarán por seguirme, pero yo estoy contigo, no tengas miedo".
Examínate
Dios te hace un llamado a que te examines y veas si estás siendo tentado sutilmente. La tentación es pensar que este mundo no es tan malo como parece.
Dios te dice en su palabra que no tengas una amistad con el mundo (Santiago 4.4), porque Dios es celoso. No puedes tener amistad con alguien más que no sea él. Tu vida costo la sangre de su Hijo, lo menos que espera de ti es respeto.
Si tienes amistad con el mundo, el próximo paso es sentir amor por el mundo. Dios te manda diciendo "No ames el mundo" (1 Juan 2.15-17). ¿Por qué? Porque todo lo que el mundo propone no proviene del Padre. Todo lo que el mundo ofrece es anticristiano por naturaleza. Además, todo lo que hay aquí pasa, no perdura, no tiene cimientos. Las ideologías van y vienen, pero los que hacen la voluntad de Dios permanecen para siempre.
Cuando estás enamorado del mundo el paso final es ser conformado a este mundo. La Palabra nos dice en Romanos 12.2 "que no nos conformemos a este siglo". Conformidad es tener la forma o la apariencia de algo. Muchos están tan conformados con este mundo que piensan y hablan las mismas cosas del mundo. Tienen las mismas ideologías y defienden las causas del mundo. El llamado en este verso por parte de Pablo es que seas transformado. Transformación significa cambiar de forma o aspecto. Eso es lo que debes hacer, cambiar, ser diferente a la forma que tienen todos los que aman este mundo.
Este mundo no es tu hogar. No puedes amar a este sistema de valores que busca ofender a Dios con todas sus ideas y pensamientos. Eres llamado a ser diferente. Te tienes que parecer poco a poco a Jesús. Pero debes saber que mientras más te parezcas a Jesús más persecución padecerás. Pablo nos da esperanza en Romanos 8.18 "Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después" (DHH).
En la cruz de Cristo es donde debe estar tu carne. "El mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo" (Gálatas 6.14). Ya no eres del mundo si has muerto en Cristo. Permanece en Cristo y todo lo que venga a tu vida será para su gloria.
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