Juan 18.19-19.16
Hemos avanzado hasta el capítulo
19 verso 16. En esta ocasión vemos como Jesús fue juzgado por los líderes
religiosos y por la política representada por el gobernador Pilato. Jesús había
nacido para este momento y durante su ministerio habló de “dar su vida en
rescate por muchos” (Mateo 20.28).
En esta porción vemos el deseo
hecho realidad de los líderes judíos de condenar a muerte a Jesús.
¿Por qué nunca aceptaron las
enseñanzas de Jesús?
Porque estaban ciegos. Los
líderes de Israel no podían creer que el Mesías esperado fuera como este Jesús.
Él no encajaba con sus expectativas. No era lo que querían. Ellos querían un
Cristo que los aprobara, pero encontraron a un Cristo que los confrontaba con
su verdad. A nadie nos gusta que nos confronten con la verdad.
Celos
Condenaron a Jesús porque tenían
celos de él. Jesús se hacía llamar el Hijo de Dios haciendo referencia a que
tenía una relación con Dios. Como pastores de Israel el celo los consumió
porque las personas estaban oyendo las palabras de este rabí “Los líderes
judíos estaban sorprendidos y decían: "Este hombre nunca ha estudiado,
¿Cómo es que sabe tanto?" Jesús les respondió: -Lo que yo enseño no es
mío, sino de Dios que me envió” (Juan 7:15-16 PDT).
Amenazó a su sistema religioso
Los religiosos desde la aparición
de Jesús vieron amenazados sus intereses. Al principio de su ministerio Jesús
limpio el Templo. El maestro Wiersbe
Además de esto, la verdad de
Jesús hacía que muchos no siguieran la religión fría y sin vida de los líderes
religiosos. El historiador Vidal
La verdad
La verdad de Cristo ofendió a los
líderes religiosos. No aceptaron que Jesús el carpintero dijera que era el Hijo
de Dios. Le condenaron de blasfemo. La ley decía que se debía matar a todo
aquel que maldijere el nombre de Dios “[…] “Si alguno maldice a Dios, debe
ser castigado por su pecado. Si ha hablado en contra del Señor será condenado a
muerte y toda la comunidad debe matarlo a pedradas. Tanto los inmigrantes como
los israelitas de nacimiento serán condenados a muerte cuando maldigan el
nombre del Señor” (Lev 24:15-16 PDT).
Para Anás la declaración de Jesús
en Mateo 26.64 era blasfemia. Ellos buscaron una excusa para condenar a Cristo
a muerte. La blasfemia, según ellos, fue la excusa perfecta para mandar
asesinar a Jesús.
Así que llevaron a Jesús ante
Pilato para que lo ejecutara por ellos. Pilato era gobernador en ese momento.
Era el responsable de tomar decisiones, como todos los gobernantes. Pilato
sabía que Jesús era inocente “conocía que por envidia lo habían entregado
los principales sacerdotes” (Mc. 15.10), pero aun así no tomó una decisión
correcta.
El pastor Rogers en uno de sus
audios predicaciones nos dice de este pasaje que Pilato escucho voces para
tomar una decisión acerca de Cristo, pero no las tomo en cuenta. Estas voces
fueron la voz de la razón (Mateo 27.18); la voz de un ser querido (Mateo 27.19)
y la voz de la conciencia (Juan 18.37). Sin embargo, prefirió quedar bien con
los judíos en vez de hacer lo correcto.
En cierto sentido también a
nosotros nos han llegado las voces de la razón, la voz de un ser querido y la
voz de la conciencia a través de la Palabra de Dios, pero no tomamos buenas
decisiones acerca de Cristo. ¿Por qué no tomamos una decisión acerca de Cristo?
Porque hay presiones que no estamos dispuestos dejar a un lado.
Presiones que debemos estar
dispuestos a dejar
La opinión publica
La opinión pública es una presión
constante en la vida de las personas. Pilato en este caso estaba muy preocupado
por la opinión pública acerca de lo que iba a hacer de Jesús. Los ojos del
pueblo judío estaban en él; “Pilato preguntó otra vez: - ¿Entonces qué debo
hacer con Jesús, al que llaman el Cristo? Todos dijeron: - ¡Crucifícalo! Pilato
preguntó: - ¿Por qué? ¿Qué ha hecho de malo? Pero todos gritaron más fuerte: - ¡Crucifícalo!”
(Mat 27:22-23 PDT). Entonces “Pilato, queriendo satisfacer al pueblo”
[…] (Mar 15:15) tomo una decisión incorrecta con Cristo.
El orgullo
Pilato fue arrogante con Jesús.
Estaba frente a Jesús y en vez de conocer la verdad prefirió recordarle quien
era él, “Pilato entonces le dijo*: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo
autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte?».” (Juan 19:10 NBLA). El orgullo de Pilato no lo dejo ver lo que era correcto. Hizo lo
que hoy se considera políticamente correcto. Escuchó a la multitud y no a su
conciencia. Es curioso que las opiniones de la mayoría de las personas ejerzan
tanto poder en la decisión de una persona. Pero sucede porque es una presión
por hacer bien lo que la mayoría quiere que hagamos.
Pero Dios en su día prometió “Yo
castigaré al mundo por su maldad y a los perversos por su pecado. Acabaré con
el orgullo del arrogante y humillaré la insolencia de los tiranos” (Isa
13:11 PDT). Dios está por encima de todo y de todos; “El Señor ocupa el
lugar más alto por encima de todos los demás, pero, aun así, él nunca abandona
a los humildes. Él siempre sabe lo que hacen los soberbios y se mantiene
alejado de ellos (Sal 138:6 PDT). No importa lo que digan las demás
personas. Deja el orgullo y haz lo correcto. Sigue a Cristo.
Ignorar a Jesús
Pilato no quiso saber más acerca
de Jesús. Pensó que azotando a Jesús la gente estaría contenta, pero no fue
así. Al ver que no lograba convencer a la multitud se lavó las manos diciendo
que era inocente por la muerte de Cristo. Evadir una responsabilidad no te hace
inocente. Mas bien te hace culpable. Pilato quiso evadir su responsabilidad
ignorando el caso de Jesús, pero fue responsable porque no hizo lo correcto.
Cuando no hacemos lo correcto, ignorando
las cosas, somos culpables por no actuar como deberíamos hacerlo. Siempre has
lo correcto. No ignores a Jesús. Él se ha presentado en tu vida por medio su
Palabra ¿Qué vas a hacer de Jesús? ¿Qué decisión vas a tomar con lo poco o
mucho que sabes de él?
Deja el orgullo a un lado y sigue
a Jesús. Que no te importe la opinión de las personas. Pilato se perdió porque
le importaba mucho la opinión pública, porque no dejó a su orgullo a un lado y
porque intento ignorar a Jesús. Tenemos la verdad de Cristo en nuestras vidas, él
nos ha dado testimonio de la verdad.
Referencias
Vidal, C. (2020). En C. Vidal, Más que un rabino.
Nashville,TN: B&H Publishing Group.
Wiersbe, W. W. (2011).
En W. W. Wiersbe, Bosquejos Expositivos de la Biblia Nuevo Testamento Tomo
III: Mateo- Juan. Grupo Nelson.
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