¿Qué es ser un discípulo?
Un discípulo es un aprendiz. Alguien que sigue a un maestro. El llamado a ser discípulos es para todos, pero pocos logran ser uno. ¿Por qué? Porque el aspirante a discípulo necesita un deseo por aprender, necesita valor y debe estar dispuesto a renunciar.
Requisitos para ser un discípulo de Jesús
Dispuesto a aprender
Un discípulo debe estar dispuesto a aprender. ¿Qué valor tiene escuchar las palabras de Jesús si no estas dispuesto a aprender? Hay personas que leen la Biblia para sacar frases que los motiven en su día a día, pero no están dispuestas a obedecer los mandamientos de Dios.
Escuchar es parte del aprendizaje. Se necesita escuchar con atención para poder obedecer. Henry David Thoreau escribió: "Se necesitan dos personas para decir la verdad, una para hablar y otra para escuchar". Dios ya hablo su verdad en su Palabra, tú necesitas escucharla con atención para obedecerla. John Maxwell escribió: "No puedes aprender si siempre estas hablando". Necesitas guardar silencio y escuchar lo que Dios te habla en su Palabra para aprender.
Dispuesto a tener valor
Un discípulo debe tener valor para escuchar la verdad. El famosos presidente Winston Churchill escribió: "…Se necesita valor para sentarse y escuchar la verdad". Como seres humanos caídos necesitamos valor para sentarnos a escuchar la verdad de Dios. No todos están dispuestos a sentarse y escuchar lo que Dios tiene que decir. Dios en su Palabra nos revela nuestra condición. Nos revela nuestro pecado y nos recuerda que estamos separados de él por nuestro pecado. Además, nos dice que si no creemos en su Hijo estaremos separados de él por una eternidad.
Un discípulo debe tener valor para enfrentar a las personas. Algunas personas te dirán que estas perdiendo el tiempo en ese tema de seguir a Jesús. Te dirán que como es posible que creas en un Dios invisible. Te dirán que te creían más inteligente. Te dirán que te dejaste lavar el cerebro. Sin embargo, el discípulo tiene que hacer caso omiso a estas posturas de personas que no aportan nada a su vida. Jesús habla de apartarse de ellas. El discípulo debe tener valor para seguir adelante a pesar de lo que puedan decir otras personas a su alrededor.
Un discípulo debe tener valor para dejar los placeres. Ningún placer en este mundo es pecado. El problema es que el hombre ha hecho de los placeres un dios. Por ejemplo, no es pecado ver una película, pero que esa película te impida tener un tiempo con Dios es de pensarse. En el caso de los amigos, no es pecado tener un tiempo de convivio, pero si dejas tu devoción por Dios por una fiesta es de pensarse que seas un verdadero discípulo. Un verdadero discípulo nunca dejara a su maestro por algún placer de este mundo. Se necesita valor para dejar cosas que te gustan por seguir a Jesús.
Un discípulo debe tener valor para enfrentarse con uno mismo. Se necesita valor para negarse a uno mismo. Se necesita valor para dejar de auto sabotearse. Uno se puede dañar a si mismo creyendo que no necesita ser tan extremista con las cosas de Dios. Solemos victimizarnos. Nos hacemos creer que lo que hacemos para Dios es suficiente. Nosotros mismos nos apapachamos y nos decimos cosas como: no es para tanto, no seas religioso, para que tanto estudio de la Biblia ni que vallas a ser pastor, no es necesario tanto sacrificio Dios ve el corazón, mira cuanto trabajas eres buena persona, no necesitas tener un tiempo con Dios lo que necesitas es descansar, en fin, un largo etc. Tantas cosas que nos decimos para no hacer lo que tenemos que hacer. Ármate de valor y enfrenta a tu carne. Hazle la guerra. Si no lo haces nunca podrás seguir a Jesús plenamente. A la carne siempre la debemos tener sometida, porque ella siempre gana. La venceremos cuando muramos. En pocas palabras se necesita valor para batallar toda nuestra vida contra la carne.
Dispuesto a renunciar
Un discípulo debe estar dispuesto a renunciar. Considero que la palabra renuncia es sinónimo de discípulo. El discípulo debe estar dispuesto a renunciar. Por ejemplo: a la ignorancia, a la conformidad, a la comodidad, a los placeres, al yo. El discípulo debe renunciar a todo lo que le impida seguir a Jesús.
Para terminar, quiero decirte que ser un discípulo es una decisión. No es algo que te pasa, es una decisión que tomas. Como puedes observar no es fácil ser un verdadero discípulo. Pero tampoco es un imposible. Solo se necesita el deseo de aprender, valor y renunciar a todo, con el propósito de ser un discípulo de Cristo.
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