1 Juan 2.1-6 El beneficio de guardar sus mandamientos

 


Juan escribió esta carta con el propósito de que sus lectores no pecaran. Sin embargo, entiende que es probable que pequen. En el caminar con Cristo es inevitable caerse, pero está prohibido quedarse tirado. No obstante, se debe reconocer que no se puede levantarse uno solo. Se necesita ayuda. Juan presenta a Jesús como abogado, como ayudador.


Si guardamos los mandamientos de Dios tendremos beneficios. Uno de ellos es Jesús como abogado. Tal vez no sabemos como funciona, pero Juan nos dice que podemos confiar en Jesús si guardamos sus mandamientos.


¿Qué dice Juan acerca de los que pecan? Que tienen un abogado. Un abogado justo, no un juez. Un abogado ayuda no condena. El abogado defiende no acusa. Jesús no acusa a los pecadores los ayuda. Jesús no te acusa ante el Padre, te defiende. ¿Por qué te defiende? Porque él dio su vida por ti, fue el sacrificio perfecto por tus pecados. Él pagó tu deuda que tenías con Dios. Aunque no eres inocente, Jesús murió para que pudieras ser perdonado. Jesús es un abogado justo.


¿Cómo recibes esa ayuda?, guardando sus mandamientos. Juan nos dice que el que guarda sus mandamientos conoce a Dios, ama a Dios y anda como Jesús anduvo. Guardar los mandamientos de Dios trae beneficios a tu vida. Si pecaste tienes un abogado 24/7. Pero debes entender que para hacer válido ese benefició de defensa a tu favor debes guardar los mandamientos de Dios.


Juan habla acerca de las personas que dicen que conocen a Dios, pero no guardan sus mandamientos. Son mentirosos y la verdad no está en ellos. No conocen a Dios, ni lo aman y no andan como Jesús anduvo. Estas personas quieren los beneficios, pero no quieren la responsabilidad de guardar la Palabra de Dios. Quieren que Dios los ayude, pero ellos no lo honran. No lo conocen. Seguir el camino de Dios requiere responsabilidad y sabemos que no es fácil. Jesús dijo: calculen bien el gasto no valla hacer que no pueden terminar la torre (Lucas 14.25-33). Hay un costo por seguir a Cristo, pero también beneficios. Uno de ellos es que tienes un abogado dispuesto a ayudarte si pecas. ¡Qué bendición! ¿No te parece?


Finalmente, puedes confiar en Cristo. Si estás guardando su Palabra, amándolo y siguiéndolo él está listo para ayudarte en cualquier momento y circunstancia. Tienes beneficios con Dios, asimismo una responsabilidad con su Palabra. Recuerda, todo beneficio conlleva una responsabilidad.


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