1 Juan 3.11-24 El amor entre hermanos

 


En esta porción Juan nos dice como debe ser el amor entre hermanos. Los que han creído en Jesús son llamados hijos de Dios, por lo tanto son hermanos de otros que también han creído. Juan nos recuerda que debemos amarnos entre hermanos, porque ese es el mandamiento de Dios para sus hijos.


Esto es muy interesante al saber el contexto. Juan escribió para prevenir acerca de la enseñanza de los gnósticos en su tiempo. Como hemos venido estudiando, ellos buscaban un conocimiento superior, pero lo buscaban en la filosofía humana. Un dato interesante es que ellos no permitían que nadie les enseñara. Consideraban que tenían más conocimiento que los hermanos a su alrededor. Por lo tanto, no permitían que sus hermanos se acercaran a ellos para ser enseñados.


Característica del cristiano

Juan nos menciona que los que son de la luz son una familia. También observamos que hace una diferencia entre los hijos de Dios y los hijos del diablo. Además, los llama los anticristos, por sus falsas enseñanzas. Ahora, en esta porción nos expresa que los verdaderos hijos de Dios aman a sus hermanos (verso 14).


El amor es una característica del cristiano. No hay tal cosa como un cristiano sin amor. Si no hay amor en un cristiano es porque no ha conocido a Dios. Por consiguiente, como hijos de Dios debemos de demostrar que amamos a Dios amando a nuestros hermanos. Sumado a esto, ese amor que decimos profesar no puede ser de palabra, sino de hechos (verso 18). Todo mundo ama de palabra, pocos aman con hechos. Dios quiere que amemos de verdad. Quiere que amemos con hechos.


Las familias se cuidan

Las familias se cuidan. Demuestran su amor cuando se cuidan entre ellos. Como familia, como hijos de Dios debemos cuidarnos, porque eso es lo que espera Dios de nosotros.


Juan nos dice que el que ama a su hermano nunca le hará daño. Lo protege, lo cuida. Además, se entrega a su hermano como lo hizo Cristo, hasta la muerte. También, lo ayuda en las diferentes áreas, no cerrando su corazón. Asimismo, demuestra su amor con hechos. No le miente. Sumado a esto, está dispuesto a pedir a Dios por él. De la misma manera, cree en Jesús y ama a su hermano. Pero por sobre todo, permanece continuamente en Dios y en el amor de sus hermanos.


Verdaderos hermanos

Como vemos en esta porción debemos amar. Amar a nuestra familia en Cristo. Muchas veces no es fácil, porque los falsos cristianos están mezclados entre los verdaderos cristianos aprovechándose. Eso no lo vamos a poder evitar. Si en la primera iglesia existían estos falsos cristianos, cuanto más ahora. Por eso Juan nos da ciertas características para identificar el verdadero amor entre hermanos.


Saber esto tiene que ayudarte a entender por qué hay tantas situaciones dentro de las iglesias. Hemos visto o experimentado rechazo, mentiras, engaños, estafas, falsos testimonios, y un sin fin de otras cosas de los que se suponen nos deben amar en la iglesia. Juan nos dice que esas personas se llaman hijos de Dios, pero no lo son. Son hijos del diablo. Como hemos observado, un verdadero hijo de Dios ama, cuida, protege, ayuda a su hermano.


Entonces, ¿qué hacer? Primero, identifica a los verdaderos hijos de Dios por sus hechos, y segundo, ten comunión con ellos. Como comente, existen y habrá falsos hermanos dentro de la iglesia. No obstante, no estás obligado a tener comunión con ellos. Dios te manda a tener comunión con tus hermanos. Comunión con los que han visto la luz y actúan como hijos de Dios. Si has encontrado a hermanos que te aman, te cuidan, te respetan, te ayudan y oran por ti, cuídalos, y ten comunión con ellos. Esto es lo que Dios quiere, que nos amemos unos a otros.



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