En esta porción Juan nos habla de tener cuidado de los falsos profetas. Desde un principio la iglesia primitiva sufrió las mentiras de los falsos profetas. No obstante, cada generación cristiana sufre un constante acoso de falsos profetas que están interesados en propagar mentiras, influenciados por el diablo.
Juan nos dice como podemos identificar a los falsos profetas. Debemos aprender a reconocerlos para no caer en sus engaños.
Pon atención
Juan no exhorta a poner atención a lo que escuchamos. Cualquiera nos puede venir a hablar de Dios, pero debemos de probar los espíritus. La palabra espíritu significa: aliento, persona. De modo que podemos entender que Juan habla de probar a las personas. No debemos creer a cualquiera que predique de Cristo. Debemos verificar que lo que está diciendo proviene de Dios. No obstante, para conocer la verdad debemos conocerla. Para identificar lo falso primero debemos conocer lo verdadero. Así que, lo primero es poner atención a lo que se está oyendo.
Identifica a los falsos profetas
Lo primero que debemos hacer para identificar a los falsos profetas es probarlos. La palabra probar significa: verificar, comprobar, revisar. Debemos comprobar que lo que dicen es verdad. Por otro lado, la palabra profeta significa: un orador, una persona que habla en público, una persona que pronuncia un discurso. Entendemos que cualquiera que se levante y predique debe ser probado para diferenciarlo de un verdadero profeta de Dios.
A través de la historia han existido falsos profetas que se oponen a los verdaderos cristianos. Cabe recalcar el contexto del porqué se escribió esta carta. Los gnósticos decían que el cuerpo era malo, por lo tanto, Jesús que era divino no podía haber habitado en un cuerpo malo. Juan nos declara que negar la humanidad de Cristo era la evidencia de un falso profeta.
Juan nos dice que estos falsos profetas actúan influenciados por el espíritu del anticristo. Estos falsos anticristos enseñan cosas que están por encima de Cristo, o por encima de las enseñanzas de Cristo.
También añade que estos falsos profetas son del mundo. Hablan cosas del mundo, porque son del mundo. Además, los del mundo los oyen, porque son del mundo. Es así que muchas veces vemos a cristianos defendiendo a falsos profetas. ¿Por qué lo hacen? Porque pertenecen al mundo, y los mundanos se entienden entre sí.
No solo eso, además Juan nos dice que los falsos profetas no oyen a los que son de Dios. Simplemente, porque no tienen comunión con la luz. Los que son de Dios van a hablar cosas diferentes a los que son de este mundo. Por eso hay un rechazo de parte de los falsos profetas.
Finalmente, podemos observar que Jesús habla de los falsos profetas. Al terminar el sermón del monte. Jesús termina su enseñanza diciéndole a la gente que se guardara de los falsos profetas que se vestían de ovejas, pero en realidad eran lobos rapaces. La palabra rapaz es muy interesante en este contexto, porque significa alguien que roba. Estos falsos profetas vienen a robar a las ovejas. No solo económicamente, también lo hacen espiritualmente, porque al escuchar a un falso profeta te privas de escuchar las palabras de vida de Dios.
No obstante, se pueden identificar por sus frutos. Pueden hablar de Cristo, pero si su vida no da testimonio puede ser un falso. Jesús seguido hace una advertencia a estos falsos profetas. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos”, muchos predicadores falsos le expresarán sorprendidos, “¿no profetizamos en tu nombre?”… Predicaban de Cristo, sin embargo, lo hacían para engañar a las ovejas (Mateo 7.13-23).
Así que el mensaje de Dios en esta porción es para que pongas atención en lo que oyes. Siempre verifica lo que están diciendo con la palabra de Dios. Pero recuerda que para hacerlo necesitas tener comunión con la Palabra. Te animo para que pases tiempo con la Biblia y de esa forma no seas engañado por los falsos profetas.
Lee la porción de 1 Juan 4.1-6
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