Ámense tal como yo los amé Juan 13.21-38 Jesús nos ha llevado de la mano a lo más íntimo del discipulado. El discipulado cristiano se basa en dos acciones: servicio y amor. Jesús nos ha hablado de servicio (Juan 13.1-20), pero servicio sin amor no es servicio. Podemos hacer muchas cosas en la iglesia y en la sociedad, pero si no tenemos amor de nada sirven. Sin amor nuestras acciones son ruidosas pero no piadosas (ver 1 Corintios 13). Muchas falsas enseñanzas “no ayudan a conocer el designio (propósito) de Dios”. Muchos maestros han enseñado tantas ideas falsas que algunos se han desviado del propósito de Cristo para su iglesia; “que nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón limpio, de buena conciencia y de una fe sincera” (ver 1 Timoteo 1.3-7). El mandamiento de Cristo a sus discípulos está en el centro de esta lectura, pero a su alrededor vemos dos casos a los cuales debemos prestar atención. Por un lado Judas y por el otro Pedro. El primero fue hipócrita y