¿Para qué se fue Jesús? (parte 2)

Juan 14.15-31.

En este pasaje descubrimos las otras dos razones por las cuales Jesús se tuvo que ir al Padre. Si aún no has leído la primera parte te invito que la leas dando clic aquí.

Jesús quiere proveer ayuda y paz a sus discípulos, pero estas bendiciones están condicionadas por la obediencia a sus mandamientos. Debes entender que tu amor por Cristo se demuestra cuando obedeces sus mandamientos. Esos mandamientos son sus palabras y enseñanzas a través de todo el Evangelio. Un discípulo es alguien que oye y vive las enseñanzas de su maestro. Cuando oyes, y vives sus mandamientos, él promete llenarte de su Espíritu para ayudarte, y darte su paz para que enfrentes cualquier situación con valor. 

4. Jesús deposita su Espíritu en mi

Jesús no te dejó huérfano, mandó a su Espíritu de verdad para ayudarte en todas las situaciones de tu vida. Pero hay una condición para que el Ayudador venga a vivir contigo: Guardar sus mandamientos. Guardar los mandamientos de Jesús provoca que su Espíritu venga sobre ti. Cuando te haces consciente de sus mandamientos procurarás cuidarlos. No tengas un corazón incrédulo como los que no conocen a Dios. Ellos no lo pueden ver, ni lo conocen, porque no pueden guardar sus mandamientos. Toma la promesa de Jesús, guarda sus mandamientos y permite que su Espíritu venga sobre tu vida.

5. Jesús me da su paz

Jesús te ofrece una paz diferente a la que puedes tener en este mundo. No es una paz emocional, sino una paz espiritual. Una paz espiritual que sobrepasa tus emociones. Esta paz te ayuda como discípulo a esperar en Jesús. Te hace entender que te dejó beneficios al irse, y que regresará por ti. Muchos se preguntan qué hacer en situaciones complicadas; los discípulos tienen la paz de Jesús que trae valor a su vida. No tengas miedo. Lo que oigas, veas o sientas no puede dominarte. Pide a su Espíritu que mande su paz a tu vida, y él vendrá.

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